Visión global versus aversión global
En aras a la
cacareada visión global, se están haciendo muchas sandeces en reuniones. Seguro
que tenéis algún amig@ que lo sufre...
Para tener una
visión de conjunto, los colaboradores deben saber qué pasa en otras áreas de la
empresa más allá de su ámbito de actividad.
Cierto.
Algo que según muchos
expertos se puede conseguir con reuniones y otras actividades transversales.
Cierto también.
Sin embargo, esos
expertos se olvidan de alertar de que si estas reuniones están mal diseñadas, acaban asesinando la visión buscada.
Si en una de esas reuniones maratonianas, cada área o participante hace una exhaustiva exposición con todo
lujo de detalles que no me interesan en absoluto ¿qué voy a hacer? No es ningún
secreto: viajar mentalmente, eso sí, tengo bien ensayada mi cara de interés y
concentración, pero en realidad estaré en modo avión. Esa reunión es un despilfarro
de tiempo y de esfuerzo.
Tener una
visión global conlleva comprender cuáles son los elementos claves, y
diferenciar lo importante de lo superfluo.
Si cada
participante hace un resumen de lo que es realmente importante que conozcan los
demás, conseguimos interés y verdadera visión global.
En ocasiones, esos detalles pueden interesar por ejemplo a alguno de los asistentes, pero no al resto. En este caso solo hay dos soluciones: diseño y convocatoria en forma de embudo o convocar una reunión diferente.
Esas reuniones infumables tienen una peligrosa consecuencia: no generan visión global, sino aversión global a escuchar lo que hacen mis compañeros.
Foto de Skeeze (Pixabay)
En ocasiones, esos detalles pueden interesar por ejemplo a alguno de los asistentes, pero no al resto. En este caso solo hay dos soluciones: diseño y convocatoria en forma de embudo o convocar una reunión diferente.
Esas reuniones infumables tienen una peligrosa consecuencia: no generan visión global, sino aversión global a escuchar lo que hacen mis compañeros.
Foto de Skeeze (Pixabay)
Interesante y real, Eva.
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