lunes, 21 de noviembre de 2011

La reunionitis vista por... Arthur


Una visión desde Francia de esta patología en las reuniones...



Después de pedir permiso a Arthur (de nacionalidad francesa) os transcribo su comentario :

“Tengo una anécdota: hace unas semanas he tenido una oferta de trabajo en un grupo XXX: una misión de marketing en Bélgica. Durante la última entrevista, me ha confesado el reclutador (y potencial futuro manager) que en esa empresa, se solía organizar reuniones solo para hacer reuniones, sin otro objetivo. Me ha sorprendido mucho, y creo que no podía realizarme en una tal empresa. He rechazado la oferta”.

Por otro lado, os envío mi respuesta :

“Un consejo... a veces es muy interesante incorporarse en una empresa con "vicios" como el que me describes, pues en el fondo todos están esperando que "llegue alguien y lo cambie... Puedes vivirlo como una oportunidad”.

Lo que me llama la atención de esta historia y pasando por alto que en España hoy casi nadie se podría permitir el lujo de no aceptar una oferta de trabajo… es que dudo que para muchos españoles, la reunionitis sea un elemento a considerar para decidir si una empresa es o no atractiva.
Esta patología en las reuniones en nuestro país, es muy a menudo asumida como algo irremediable y sin embargo es tan fácil de cambiar...

sábado, 5 de noviembre de 2011

Idea para reuniones : espacio reservado



El invitado misterioso

Cuando mi hijo mayor empezó su crisis de adolescencia, un día a la hora de comer pusimos un plato más en la mesa y esperamos a que él preguntara quién venía a comer...

Le contestamos que era para “Pubertad”, un nuevo miembro de la familia que nos acompañaría durante un tiempo no definido. Puso cara de adolescente en crisis y empezó la comida.

A la primera salida de tono (he de reconocer que ninguna fué grave) nos dirigíamos al sitio vacío diciendo “cállate pubertad” o “cuidado con el tono pubertad”…

Mi hijo pilló el truco, de manera que cuando se daba cuenta de que se sobrepasaba el límite de lo correcto, sonriendo, era él quien decía “ha sido pubertad”… Necesitaba una puerta abierta, que le permitiera una salida “digna” …

Este recuerdo me hace pensar en dos cosas relacionadas con las reuniones :



  1. En primer lugar que no siempre en las reuniones se deja esa puerta abierta… acorralando a personas y “obligándolas” a buscarse coartadas más o menos patéticas…

  2. Y en segundo lugar, lanzo una idea sin pulir : quizá en alguna reunión se podría reservar un espacio con un cartelito tipo “cliente”, “accionista” “competencia”… y podría aportar un espacio de reflexión interesante que permitiera darle un aire nuevo a una reunión.

Lo dejo caer, sin detalles, y que cada uno lo adapte a lo que se le ocurra...