Foto de Jarmoluk (via Pixabay)
Como la situación vivida de “teletrabajo” ha complicado
mucho la vida de determinadas personas, en un afán de tener en cuenta su
realidad y asumiendo la importancia de no sacrificar aún más el bienestar de
nuestros colaboradores, intentamos que las reuniones sean lo menos invasivas
posible y que no distorsionen aún más la convivencia familiar.
Son muchos los que se están esforzando en ESCUCHAR más. Hasta
aquí, todo bien. Pero una de las preguntas más “majas” que se escuchan es : ¿A
qué hora te/os va mejor la reunión de los lunes?
Pregunta de alto riesgo.
Recordemos que en comunicación no cuenta la intención, sino
el resultado.
Nadie duda de la excelente y generosa intención de esa
pregunta, pero vamos a analizar sus consecuencias con un simple ejemplo:
- Matilde te dice que sobre las 8:30 que sus hijos aún duermen
- Godofredo que después de las 11 porque es a la hora que sus suegros recogen a los niños.
- Ana, que a las 10 porque antes tiene siempre otras reuniones y a partir de las 11 es cuando tiene reuniones con los clientes.
Glups. ¿Qué hacemos? Vamos a quedar fatal con 2/3 partes del
equipo, que van a pensar ¿para qué pregunta si luego hace lo que le da la gana?
Todavía peor si la consulta se ha hecho individualmente y se desconocen las opciones de los demás... Recordemos lo mal que se vive
la sensación de escucha
estética.
Elegir la hora ideal para todos suele ser misión imposible.
Sin embargo, corro menos riesgo de quedar fatal, si lo que pido al equipo es
que me digan una franja (no muy amplia, especialmente en grupos grandes) en que
realmente no pueden reunirse, o que elijan una hora al día libre de reuniones.
No es una panacea, ya que puede ser complicado igualmente, pero al menos podrás
evitar esa sensación de “sabe que me fastidia y mira…”.
Muy buen artículo Eva! Lo tendré en cuenta para futuras reuniones.
ResponderEliminarGracias.
Muy importante!
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