¿Alguna lifómana o
lifómono en la sala?
Tranquilos,
que cuando digo “lifómananía” no me refiero a ninguna particularidad sexual,
sino a una persona que aplica sistemáticamente el método LIFO de priorización de tareas.
Lo último que les llega, es aquello que
iniciarán en primer lugar, como si de un resorte se tratara y sin pensar si
dedicarse a ella es lo más efectivo…Les llama alguien pidiéndoles un informe.
Dejan lo que estaban haciendo antes de la llamada y se precipitan a redactar el
documento solicitado…
Este sistema resulta adecuado para lavar
platos a mano, donde la lógica dicta que el último plato apilado, debe ser el
primero en ser lavado, pero no tiene sentido en otros ámbitos.
En las reuniones, también encontramos
verdaderos lifómanos, incapaces de centrar y desarrollar estructuradamente un
orden del día y modificándolo en función de “lo último que ha pasado”. Propagan
esta manera de concebir las reuniones, basadas en la cultura del “¿a que no
sabes la última?”.
Cuántas veces se comenta la más reciente
conversación con un cliente, la cual objetivamente no merecería tal atención y
olvidan otras conversaciones que pueden ser más interesantes para compartir con
los asistentes (en reuniones sin preparación, se da muy a menudo)
Antes de incluir en una reunión eso
último que nos ha llegado, deberíamos preguntarnos si merece la pena que ocupe
un espacio en nuestra reunión o si interesa a todos los que participan en la
misma.
Aprovecho para compartir que, a mi
parecer, una de las vacunas más eficaces contra la lifomanía en general, es GTD, aunque no
voy a hablar del tema pues hay muchos especialistas que lo dominan, como José Miguel Bolivar y Jeroen Sangers.
¡Muy cierto! es verdad que la "linfomanía", ¡perdón! la LIFOMANÍA está muy extendida y, aunque da la sensación del que la padece es muy eficaz, en realidad puede ser todo lo contrario.
ResponderEliminarEspero con impaciencia ver de qué trata el GTD.
Es un sistema de efectividad personal muy interesante!
EliminarEntonces, también debe existir el NIFÓMANO (next in, first out): no ha acabado un tema y ya está con el siguiente ;)
ResponderEliminarJajaja
EliminarAbsolutamente, Carlos.
Me ha encantado la palabrea, Eva jeje.
ResponderEliminarEl mejor remedio que conozco para evitar la «lifomanía» es, como dice mi colega Antonio José Masiá, «enfriar» las cosas. Y para eso, GTD se las pinta solito. Como dice el propio David Allen, creador de GTD, las interrupciones no existen, solo existen los «inputs» mal gestionados. Al final, la idea es aprender a canalizar todo lo nuevo que va llegando de la manera adecuada, de forma que podamos terminar lo que estamos haciendo sin distracciones.
¡Enhorabuena por el post!
Gracias Jero.
EliminarDesde que os conozco, siempre hablo de GTD a quienes me comentan que quieren mejorar su efectividad.
Y si no me hacen caso y continúan quejándose, soy libre de pensar "getedén" ;)
Estoy totalmente de acuerdo en todos los comentarios y soy una adicta a la LIFOMANÍA y a la NIFOMANÍA.....pero lo que realmente me parece importante en este momento es que EVA se pase por el Congreso de los Diputados y les imparta la clase 1, del nivel 1......
ResponderEliminarNecesitarían un intensivo y aún así... ;)
EliminarBrutal el concepto y su variante de NIFO también... Gran forma de expresar una "forma de trabajo" que además resulta errónea.
ResponderEliminarSaludos.
Coincidimos en muchas cosas, Alberto!
EliminarHe leído acerca del método GTD y me ha ayudado muchísimo en mi organización y en mi trabajo personal por mejorar la priorización. Una entrada muy interesante, por que a veces ni nos paramos a pensar en estos detalles que son muy importantes!
ResponderEliminarGracias Ana!
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