Este verano he empezado el libro “Cómo ser mujer” de
Caitlin Moran y aunque no tiene nada que ver con el management, ya que es una
visión particularísima del feminismo, propone una teoría que creo que es
exportable a las reuniones y a otros contextos profesionales.
Habla de la filosofía de la “ventana rota” y dice que si en
un edificio desocupado se rompe un cristal y no se repone, pasado un tiempo, romperán el resto de ventanas e incluso ocuparán el edificio...
No sé si influyeron las cervecitas al sol, pero rápidamente (lo mío es
obsesivo) vi la correlación en el contexto de las reuniones:
- Si no hay orden del día claro, se hablará de cualquier cosa menos de lo que estaba previsto
- Si no se corta la primera alusión crítica personal entre los participantes,
- Si se deja que alguien monopolice un tema y no se le sabe “cortar” sin ofenderlo
- Si se espera a que lleguen todos los participantes por eso del “buen rollo” y no se empieza a la hora
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