domingo, 31 de mayo de 2009

Las reuniones institucionalizadas




Reunirse “porque toca”
No hay certeza de que el cielo exista.
En cuanto al infierno, albergamos serias dudas...
Sin embargo, en la tierra existe el PURGATORIO : la asistencia a reuniones aburridas, ineficaces o incluso absurdas, dónde uno acaba colgándose en el limbo (aunque parece ser desde hace poco, que éste tampoco existe…).

Las reuniones en ocasiones, son contempladas como panaceas y convertidas a veces, por decisión unilateral de “las cúspides” en un objetivo medible: algunas empresas condicionan el cobro de incentivos a la realización de un número determinado de reuniones a la semana/mes/trimestre/año. Y en la mayoría de los casos la gente no se atreve a cuestionar su pertinencia para no ser tildado de “rebelde”.

¿Cuáles son las inevitables consecuencias? : Su convocatoria responde en esos casos, a “cumplir el expediente”, y su verdadera razón pasa a ser la firma de un acta que justifique su celebración. Magnífica manera de despilfarrar recursos. Y lo que es peor, predisponer a la gente en contra de lo que consideran un cronófago enemigo de sus agendas: “las reuniones”.

Pero en muy pocas ocasiones, las instituciones que quizá en un contexto determinado decidieron la conveniencia de “sistematizar” ese número, verifican y si cabe, corrigen, esa cantidad que se decidió desde la lejanía.

Sería aconsejable consultar más amenudo, si quizá convendría convertir una reunión quincenal en una mensual, o una mensual en trimestral (hasta que el contexto exija un nuevo cambio…) y sobre todo, no tomar como una crítica personal comentarios en ese sentido...
No se está señalando con el dedo una decisión errónea, sino la necesidad de un "pequeño cambio"...

1 comentario:

  1. Sin duda, no dejo de recordar, a jefes de departamento cuyo único objetivo era la asistencia a la reunión del mes, de algún relevante miembro de "los sabios" que verificara su consecución monetaria. De paso, cabe destacar, las expresiones de sus colaboradores, que en ocasiones se veían obligados a no marcharse a casa para su asistencia. No hay nada como una buena reunión para motivar al equipo de trabajo y sobre todo, si el único con retribución variable es el que la convoca.
    Como siempre Eva, muy acertada tu entrada.
    Un abrazo.

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