viernes, 18 de mayo de 2012

Los tándems mal entendidos en las reuniones



- Me llevan a una reunión de “apoyo” pero no me dan información y encima se enfadan si digo algo…



Se trata de una queja que escucho a menudo en mis cursos ya que es muy habitual convocar o acudir a las reuniones en “tándem”.
 
Caso 1 : Se convoca a la vez al responsable y al técnico :

Motivos “confesados” aunque inconfesables :

-          En realidad necesitas al técnico, pero si está el responsable delante, “crees que viste más” o que el compromiso del primero será superior.

Consecuencias:

-          El técnico en ocasiones no hablará con la misma libertad y obtendrás menos información en la reunión o cuando ésta termine y eso no te conviene...

-          Las intervenciones del responsable (que se sentirá obligado a “decir la suya” ya que está en la reunión) pueden desvirtuar el análisis.

-          El técnico tiene la presión de quedar bien delante de su responsable por lo que su intervención estará más sesgada que si viene solo y tenderá a la auto-justificación.

-          Pérdida de tiempo por contradicciones internas

Caso dos : “Acompáñame, por si te necesito”

-          Se ha convocado al responsable pero en la convocatoria no queda claro el objetivo. Este defecto provoca que muchos mandos acudan a reuniones con una o varias personas de su equipo “por si acaso”, haciéndoles perder el tiempo a la mayoría de ellos.  Las convocatorias deben contener una definición del objetivo suficientemente clara y detallada para que quien la reciba acuda con el soporte (e información!) estrictamente necesario, en caso de que lo precise. Tenemos derecho a pedir que se nos aclare ese objetivo y que se nos detalle qué se espera de nosotros en la reunión.

-          Al jefe le encanta “ir en equipo” a las reuniones porque así se siente más fuerte, sin importarle la sensación que crea en los que van de “jarrón” .

En caso de que sea necesarios “acompañantes” es indispensable una charla previa en la que el tándem o equipo se ponga de acuerdo sobre los términos de la participación de cada uno y su rol.  Ahí van algunos ejemplos:
-          si uno de nosotros comete un error ¿cómo actúa el otro?
-          no comentar determinados datos…
-          quien dice qué
-          preguntas que nos haremos entre nosotros
-          límites en nuestras concesiones

Todo ello para evitar situaciones delicadas y broncas innecesarias e injustas que provocan desmotivación.